Breve Historia de la Hermandad

La Hermandad se funda en el año 1761 en el Real Convento de Ntro. Seráfico Padre San Francisco de Asís, redactándose sus primeros Estatutos en esta misma fecha, aprobados por el Ministro Provincial de la Santa Provincia de Granada, el 15 de octubre de 1761, no siendo sancionados por el Obispo de Jaén, D. Antonio Gómez de la Torre, hasta el 29 de febrero de 1772.

Los primeros párrafos de los citados Estatutos dan a entender la existencia anterior a esta fecha de la Congregación, con fines sólo piadosos, pero al darle entonces un contenido benéfico a favor de sus hermanos, éstos consideran la elaboración de las referidas nuevas Constituciones, que en la actualidad conserva la Hermandad como valiosísimo patrimonio.

Igualmente se conoce la fecha en la que se efectúa la entrega de la Imagen del Stmo. Cristo de la Expiración a la Comunidad del Convento de S. Francisco, que se produce el 11 de junio de 1762. Esta misma Imagen, anónima, pero atribuida al escultor José de Medina, es en la actualidad una de las Titulares de la Hermandad.

En aquellos años del S. XVIII, la Hermandad celebraba su Fiesta Anual con procesión el segundo domingo de mayo, siendo esta última realizada siempre y cuando se contara con los caudales necesarios, ya que dos tercios de los cabos de año que pagaban los congregados se destinaban a sufragar los entierros de éstos.

La Hermandad continuó su discurrir por los siglos XVIII y XIX, creciendo en número de congregados y en el desarrollo de sus actividades, si bien la última noticia que se tiene de la misma es el privilegio papal que en 1797 concede, mediante la pertinente bula pontificia, indulgencias plenarias que se podían obtener a lo largo del año al amparo del Stmo. Cristo de la Expiración. De cualquier modo, la actividad de la Congregación languidece desde que en 1836 el gobierno de Mendizábal suprimió los conventos de religiosos, producto de su conocida Desamortización, lo que provocó el traslado de la Imagen del Stmo. Cristo de la Expiración a la Parroquia de S. Bartolomé, donde algunas décadas más tarde resurgiría la devoción pública en una nueva etapa ininterrumpida hasta la actualidad, que convertiría a la Hermandad en Cofradía de penitencia

A iniciativa del Rvdo. D. Eufrasio López Jimena, párroco de S. Bartolomé, el día primero de febrero de 1888 se constituye de nuevo la Cofradía cuya finalidad era dar culto a la Imagen del Stmo. Cristo de la Expiración, resaltando las Siete Palabras que pronunció Jesucristo en la Cruz, fijando el Viernes Santo a las tres de tarde el día y hora de su estación de penitencia. Del mismo modo y en recuerdo de la antigua Congregación se acuerda, entre otras cosas, celebrar la Función Principal el domingo de Pascua de Pentecostés. La primera Junta de Gobierno oficialmente constituida prestó juramento de sus cargos el Domingo de Ramos, 25 de marzo de 1888.

Los primeros Estatutos de esta nueva etapa se aprobaron en Cabildo el 18 de marzo de 1888, no siendo hasta cuatro años más tarde cuando se presentaron al Fiscal General Eclesiástico, obteniendo su dictamen favorable, por lo que el 17 de febrero de 1892, el Obispo de Jaén, D. Manuel María Sánchez González, los ratifica.

Por Decreto del Ordinario de la Diócesis, D. Miguel Peinado y Peinado, (24-06-1987), a la actual Hermandad se la declara canónicamente erigida en la Parroquia de San Bartolomé de Jaén y se la reconoce a todos los efectos y por derecho “legítima sucesora de la antigua Cofradía del Cristo de la Expiración”.

Ya en S. Bartolomé, la Junta de Gobierno vive los primeros años de su nueva andadura con un gran incremento de cofrades, si bien y al mismo tiempo, los problemas económicos marcan su principal preocupación. No obstante siempre primó el afán de superación y la imaginación para conseguir recursos que permitieran acometer importantes actuaciones, como la construcción de una Capilla para el Señor de la Expiración, cuyos trabajos comienzan en 1896 sobre el antiguo Camarín de S. Antonio que se encontraba en estado ruinoso, lo que permite abandonar al Stmo. Cristo el altar en el que se encontraba desde su llegada a la Parroquia y que no satisfacía los deseos de sus cofrades. La mencionada Capilla sería reformada en 1927 y 1951, esta última intervención, en la que se reconstruyó desde los cimientos, es la que le confiere la actual configuración, si bien han sido sólo elementos decorativos los que se han ido modificando. La misma crisis económica es la que obliga a celebrar numerosas almonedas, sorteos,... llegando en 1917 a rifar un hermoso crucifico de mármol y marfil que había regalado el año anterior a la Hermandad S. A. R. la Serenísima Señora Infanta Isabel.

Poco a poco, la Hermandad incrementaba su patrimonio con la adquisición de nuevos enseres tales como candelería para el paso del Señor, recién tallado, gallardetes, palio, banderas, una nueva Cruz para el Stmo. Cristo, etc.. Igualmente se iba engrandeciendo el patrimonio documental, parte del mismo conservado en el actual Archivo de la Hermandad.

Desde 1892, la Hermandad incorpora a su estación de penitencia la Imagen de una Dolorosa y dos años más tarde la de S. Juan Evangelista. En cuanto a las Imágenes de Nuestra Señora han sido cinco las que han acompañado al Stmo. Cristo, en su Capilla o en procesión, si bien la barbarie o el infortunio (incendio del 14 de julio de 1940) acabaron con la sustitución de una tras otra, hasta que en 1995, D. Luis Álvarez Duarte talla la que actualmente recibe culto junto al Señor de la Expiración. El tres de marzo de 1995, María Stma. de las Siete Palabras se entroniza en S. Bartolomé, tras solemne ceremonia de bendición, presidida por el Rvdo. D. Antonio Román Rayo, quien actuaba, al tiempo, junto con la Comunidad de las Siervas de María, de Jaén, de padrino de la bendición. En cuanto a la Imagen de S. Juan Evangelista, tercera Titular de la Hermandad, la actual, que sustituyó a la destruida en la Guerra Civil tallada por D. Francisco de Pablo en 1929, es obra de D. José Martínez Puerta y fue bendecida el Jueves Santo, 22 de abril de 1943.

Aunque es desde los albores del siglo XIX, cuando se manifiesta en algunos sectores de la Hermandad el deseo de trasladar el día de la estación de penitencia al Jueves Santo, lo que se consigue esporádicamente, no es sino hasta 1926 cuando se adopta esta decisión que se ha mantenido hasta nuestros días.

Salvados los execrables actos producidos durante los difíciles años de incivismo en la década de los años treinta, la Hermandad comienza, tras la conclusión de la Contienda Civil, una penosa reconstrucción en la que prácticamente parte de cero, ya que apenas pudo salvar unos cuantos enseres y afortunadamente lo de más valor material y espiritual, razón de su ser, la Imagen del Stmo. Cristo de la Expiración, que tras novelesca aventura y peregrinaje, regresa a la profanada parroquia de S. Bartolomé ya restablecida al culto, junto al Santísimo Sacramento, el 10 de junio de 1939. El Señor de la Expiración fue la primera Imagen que procesionó en Jaén, desde 1935. El Cristo, recuperado de su último escondite, una pequeña habitación disimulada entre los muros de la S. I. Catedral un Martes Santo, cruzó la Puerta del Perdón el Jueves Santo, 6 de abril de 1939, a los sones de la Marcha Real, himno suprimido desde 1931.

A lo largo de la segunda mitad del pasado siglo XX, la Hermandad atesora un importantísimo patrimonio musical y literario, producto de la profunda devoción de la que goza el Stmo. Cristo de la Expiración, núcleo aglutinador durante décadas de la vida de la vetusta parroquia de S. Bartolomé, quien a diario actualiza el lema de la propia Hermandad, “Regnavit a ligno Deus”.

Ingente es la nómina de cofrades que han pasado a lo largo de más de dos siglos de vida de la Hermandad por sus filas, destacando entre ellos eminentes personalidades de la cultura y sociedad giennense, tanto eclesiástica como civil, que han apoyado y alentado siempre la devoción hacia el Señor de la Expiración, pero no por ello es menos importante la pasión de miles de cofrades anónimos que a lo largo de muchas generaciones han conferido a nuestra Hermandad el privilegio de ser un importante centro devocional, de formación y de desarrollo de vida cristiana en nuestra Ciudad.

En el Año Jubilar 2000, la Hermandad recibe mediante Decreto expedido por el Obispo de Jaén, D. Santiago García Aracil, la distinción de “Sacramental”, título que incorpora al de “Real” concedido por Su Majestad el Rey D. Alfonso XIII, el 10 de abril de 1917. Desde entonces, la Hermandad se encuentra vinculada a la Casa Real. Relación patente con la Infanta Dña. Isabel de Borbón, S. M. Alfonso XIII y ya en la actualidad con S. M. el Rey D. Juan Carlos I, al que la Hermandad obsequió en Audiencia privada con una reproducción en oro y esmaltes de su escudo, ostentando además la Presidencia de los actos del I Centenario Pasionista de la Cofradía y desde 1970, el cargo de Hermano Mayor Honorario.

En la actualidad, la Hermandad posee un amplísimo programa de actividades que desarrolla a lo largo de todo el año, revistiendo especial solemnidad cuantos cultos celebra en honor a sus Titulares. Asimismo desempeña una importante labor en el campo de la caridad a la que destina grandes recursos humanos y materiales. Tampoco queda relegada la labor de formación continua de sus propios hermanos, con especial atención a la juventud. Para toda esta atención la Cofradía cuenta con una Casa de Hermandad en la que además se custodian todos sus enseres y el Archivo.

También cuenta la Hermandad con un órgano oficial de difusión que bajo el título de Expiración, se edita desde hace más de dos décadas (es la publicación decana de las cofradías giennenses), con carácter semestral y es de carácter gratuito para sus hermanos, amén de otras publicaciones periódicas más recientes como Regnavit o aquellas que edita la Vocalía de Formación. Por otra parte, la historia de la Hermandad, quedó recogida de mano de su inmortal Cronista y Hermano Mayor Honorario, don Rafael Ortega Sagrista (1918-1988), en el libro publicado en 1988 bajo el título Expiración, cien años de una cofradía de Jaén, con motivo de su primer centenario pasionista.

Con actividades convergentes con los fines de la Hermandad, ésta cuenta desde hace varios años con un Grupo Joven que canaliza el deseo de participación y formación de sus componentes. Por otra parte también es elogiable la labor desempeñada por todos los miembros de la Banda de Cornetas y Tambores Stmo. Cristo de la Expiración, que con una magistral calidad interpretativa, son el único exponente de este tipo de bandas en nuestra Ciudad.

 

 

Carlos Javier Moya López

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