Buy citalopram online uk

La imagen del Santísimo Cristo de la Expiración es obra anónima. Fue erróneamente atribuida, durante algún tiempo, al gran escultor alcalaino Juan Martínez Montañés (finales del s. XVI, mediados del s. XVII). En 1982, con motivo de la restauración llevada a cabo en el Instituto de Conservación y Restauración de obras de Arte de Madrid por D. Cristóbal López Romero, el químico e historiador de arte del mencionado instituto, D. Andrés Escalera Ureña, emitió un interesante informe tras detenido estudio y análisis de los materiales utilizados por el autor de la imagen, concreta, entre los múltiples datos que aporta, que el color azul prusia (sulfocianuro de hierro) empleado en el cíngulo que sujeta el paño de pureza, es un pigmento que comenzó a utilizarse en Europa hacia 1710-1715. El posterior hallazgo de la escritura de concordia de 11 de junio de 1762 corrobora la datación de la hechura del Cristo (s. XVIII). A raíz de estos datos y, por criterios comparativos formales de otras imágenes, el que fuera cronista de la Hermandad, D. Rafael Ortega Sagrista, la atribuye a la gubia de José de Medina (afamado escultor del s. XVIII).

Se trata de una imagen de unción sobrecogedora que llama a devoción a los fieles. De aires claramente tardobarrocos, destaca el juego claroscurista del pelo, en rizos serpenteantes, así como el paño de pureza que recoge la textura de un lienzo humedecido por el sudor y la sangre, en pliegues desordenados, pero acompañando a la elegancia de la imagen. De una anatomía creíble y algo relajada, deja entrever ciertos aires neoclásicos en su idealización y contenido realista. El Cristo de la Expiración se aparta del exacerbado dramatismo del momento, buscando, eso sí, a través de la belleza, la presencia de Dios, claro referente platónico en la concepción artística de la obra.

 

- ACCESO A GALERÍA FOTOGRÁFICA DEL STMO. CRISTO DE LA EXPIRACIÓN -

Acceso Usuarios